¡La alegría de Dios en un corazón totalmente entregado!
Hay mujeres en nuestras vidas que te marcan con un hierro candente. Además de mi madre, que me dio la vida y la fe, pienso en las señoritas Bernice Parent, Alice Pinsonneault y Sor St-Gilbert. Son maestras de primaria que han dejado huella en mi inteligencia y en mi alma. Pero la vida sigue y otras mujeres se cruzan en nuestro camino… y abren surcos que dejan marcas permanentes en nosotros.