Lady ejerció su profesión de bibliotecaria en Popayán, durante muchísimos años, en las instituciones educativas INEM y San José de Tarbes. De esta manera tuvo una gran influencia en la vida de generaciones y generaciones de jóvenes de la Ciudad Blanca.
Lady conoció el Instituto Secular Pío X a principio de la década de los 70, colaborando en la misión de salud y de acompañamiento a los pobres y necesitados del laico consagrado Marcos Labbé. Junto con otros miembros del grupo juvenil Viva la gente, fue una parte importante de este ministerio durante muchos años. En este contexto, conoció una niña recién nacida, María Rosa, a quien luego adoptó.
Cuando el Instituto Secular Pío X abrió la posibilidad de una rama de mujeres consagradas, Lady respondió al llamado que llevaba en su corazón tiempo atrás. Desde antes que existiera la figura de la mujer laica consagrada en nuestra Familia apostólica, Lady vivía esta presencia profética en el mundo. Fácilmente dio el paso para convertirse en la primera mujer miembro consagrada de Colombia.
Aunque los últimos años fueron los más difíciles debido a su salud física, ella seguía inspirando a tantas personas con su sonrisa y alegría, con su servicio y su solidaridad, con sus risas y sus bailes, con su fe y su intimidad con Dios y hasta con sus afanes y angustias.
Todos los miembros de la región de Colombia tienen un testimonio personal por compartir, presento unas líneas para recordar a nuestra querida Lady.
Lady, una mujer de fe y alegría – Alexander Buendía (Popayán)
Lady Solano Muskus, fue una mujer llena de alegría y profunda fe. Ella deja una huella imborrable en todos quienes tuvimos el privilegio de conocerla. Su vocación como consagrada era más que una elección; era un compromiso diario de servicio y amor al prójimo. Su devoción por el pesebre y su constante atención a los niños revelaban su corazón compasivo y su conexión espiritual. Desde los primeros días del Instituto en Colombia, Lady lo abrazó con un amor que solo creció con el tiempo, al punto de convertirse, años más tarde, en la primera mujer consagrada de nuestra región. Su legado perdura en el recuerdo de su dedicación apostólica y en la inspiración que brinda a todos aquellos que tuvieron la fortuna de compartir su camino. Lady ha partido al encuentro con el Padre. Él, sin duda, la acogerá con los brazos abiertos y misericordiosos y la invitará a ser parte de su morada. Su partida deja un vacío, pero su luz continúa brillando en la memoria de aquellos que fuimos tocados por su amor y generosidad.
Lady, una mujer de “susurros de amor” – Padre Miguel Ángel Avendaño (Guatemala)
Nuestros encuentros, querida Lady, fueron los días miércoles. Días de escucha, reflexión y oración, de mucha luz y de sombras.
Mientras arreglabas nuevamente los archivos de los miembros de la región, hiciste un recorrido de tu vida. No olvidé uno de tus comentarios «Ah, para mi primera comunión mi madre me cosió mi vestido. Un vestido blanco, único. Me lo hizo con mucho amor» y al decirlo, te brillaban los ojos de agradecimiento desde un silencio corto y profundo. Tantas veces lo dijiste y repetiste que te imaginé. Fue un evento que marcó tu vida y de fe.
Tengo la certeza en el corazón que hoy tu mamá salió a tu encuentro y con ella nuestro querido Él.
Un día terminaremos tu historia … Y nos volveremos a ver. ¡Gracias por tanto!
Lady, una mujer de pequeños y grandes detalles – Por Sulgenis Bautista (Popayán)
Lady,
La de Sahagún, el vallenato y la arepa ‘e huevo.
La consagrada alegre, amante de la Navidad y devota de la Virgen María.
La que siempre recordaba tu cumpleaños y te encomendaba en sus oraciones.
La abuela Lady, para los más chicos.
La que siempre quería servir, recoger, limpiar y ayudar.
Una de las mujeres más generosas que hemos conocido.
Lady, tu recuerdo vivirá en nuestros corazones.
Lady, una mujer de servicio – Por Rubi Rendón (Popayán)
La vida en esencia es efímera, pero hay personas que marcan y dejan huella, y tú, querida amiga, dejaste huella. Tu premisa de vida fue servir con amor sin esperar nada a cambio. Dedicaste alma, vida y corazón por el servicio al prójimo, al más necesitado. «Amar a Dios a través del amor al prójimo», tu vida fue la fiel ejemplificación de esa consigna. «La alegría de servir», tan tuya esa sonrisa incansable con la que enfrentaste incluso los momentos más adversos de la vida. Hoy, el cielo está de fiesta porque recibió a un ángel, a una mujer guerrera, a una mujer alegre, a una mujer bondadosa, una mujer de fe. Vuela alto querida amiga. ¡Hasta pronto!